Estado de la educación: Modelos, propuestas y críticas



En Física y Química, cuando queremos saber cuál es el estado de un sistema microscópico (por ejemplo, su energía, posición, cantidad de movimiento, etcétera), debemos obtener la función de onda del mismo, ψ. Una vez ésta se conoce, sólo tenemos que "preguntarle" por lo que queremos saber del sistema, y ésta nos dice qué energía tiene o dónde se encuentra.

Suena complicado encontrar estas funciones de onda, y muchas veces lo es. Sin embargo, ojalá encontrar la "función de onda" correspondiente a la educación fuera tan sencillo como resolver una ecuación diferencial. El hecho, es que valorar cómo está la Educación es complejo, y más aún lo es buscar alternativas viables que no supongan un retroceso en lo que ya hay implantado. Con esto me refiero a que, si fuera tan sencillo mejorar la Educación, las soluciones ya se hubieran implantado hace tiempo.

Una buena forma de ver lo que funciona y lo que no es atendiendo a los países que presentan buenos indicadores educativos. Tras estudiar los principales modelos educativos expuestos en clase, yo no me quedaría con un único sistema como prototipo a seguir, pues el contexto social de cada país es distinto, y lo que funciona en uno no tiene por qué funcionar exactamente igual, sin cambiar un ápice, en otra sociedad. No obstante, voy a resaltar lo que son, a mi juicio, buenas características que debería tener nuestro sistema educativo:

  • Finlandia: Porcentaje elevado de escuela pública (lo que garantiza el acceso gratuito a todo el mundo a la educación, en igualdad de condiciones, y bajo los mismos criterios), límite de alumnos por aula de 18-20, y en caso de que un alumno requiera atención especial, se da la oportunidad de reducir aún más el número de alumnos, o bien se aporta un profesor de ayuda.

  • Canadá: Promoción de una educación inclusiva y diversa, gran inversión en educación (es el país que más gasta por habitante).

  • Estonia: Ofrece a los estudiantes profundizar más en ciertas áreas de conocimiento, similar al modelo que hay en EEUU. Ésto es, si un alumno tiene facilidades con las matemáticas, podrá seguir un curso avanzado de éstas, mientras que uno que no tenga tanta habilidad podrá escoger uno más asequible.


Entre las propuestas planteadas para mejorar el sistema educativo español, resaltaré a continuación las que me parecen más beneficiosas, y las que, a mi entender, encubren alguna trampa.


En primer lugar, abogar por un gran pacto educativo, que no se pueda modificar en, al menos, 15 años, es algo necesario, ya que si cada 4-6 años cambiamos de ley educativa se hace muy complicado identificar cuáles son los aspectos negativos y en qué se está fallando. Además, para hacer ésto posible es indispensable que la comunidad educativa sea parte activa del proceso, y no como viene siendo habitual, hacer nuevas leyes educativas sin rigor científico y sin considerar la opinión de los docentes, que al final son los que van a verse inmersos en el sistema.

Seguidamente, la escuela debe ser un sitio seguro, donde el alumno se sienta a gusto y motivado. Sólo así podrá dar todo su potencial y desarrollarse al máximo. Para ello, el centro debería alentar a sus alumnos a que sean partícipes en su proceso educativo: fomentando debates, actividades extraescolares, grupos de lectura, concursos de cocina y/o de resolución de problemas... Es obvio que todo esto implica que los profesores se involucren más, y sobre todo que estén preparados para afrontar situaciones difíciles que afectar a los alumnos. Adicionalmente, como sociedad deberíamos hacer un esfuerzo para dar la importancia que los docentes se merecen. La única solución a este problema es invirtiendo más dinero en educación, tanto para que haya más recursos disponibles, como para que los docentes estén mejor formados. Lejos deben quedar los recortes, pues son comida para hoy, pero hambre para mañana.

Para ir finalizando, pasaré a comentar las propuestas que no me parecen nada adecuadas de implantar. Respecto a la cultura del esfuerzo, que es esa consigna de que "si te esfuerzas, conseguirás lo que quieras". No hace falta analizar en profundidad la veracidad de estos lemas, ya que a diario vemos a personas que no se han esforzado y han obtenido todo lo que han deseado, a la vez que personas humildes se esfuerzan diariamente, pero cambiar su situación va es harto complicado. El sistema educativo no tiene que ser igualitario (ésto es, proveer por igual a todos los individuos), sino equitativo, siendo consciente de que hay individuos que parten en clara desventaja, y es en ellos en quien debemos prestar más atención, sin necesidad de generarles falsas expectativas pero dándolos de herramientas para que, si tienen suerte, puedan mejorar su situación socio-económica de partida.



Por último, otra cosa que me parece nociva para el sistema educativo, es lo que concierne ver a la educación desde una perspectiva meramente pragmática para la obtención de un empleo. Si bien es verdad que en la sociedad actual crecemos para vender nuestra fuerza de trabajo y obtener dinero a cambio (es decir, para desarrollar una profesión), no podemos dejar que el afán por el objetivo nuble el propósito fundamental de la educación, que a mi juicio es formar personas y proveerles de un bagaje intelectual que les haga libres, con el que se puedan enfrentar a los problemas que les surjan a lo largo de su vida, y que, ocasionalmente, les ayude a obtener un buen empleo para vivir con dignidad. No debemos centrar la educación en conseguir un trabajo, porque entonces asignaturas como Filosofía, Lengua, Literatura, Griego o Historia, parecería que no sirvieran para nada. Y no es verdad. Aunque mucha gente de ingeniería piense que él no debería de haber estudiado esas asignaturas de "humanidades", a la hora de la verdad son más importantes de lo que pensamos, y a veces, incluso pueden marcar la diferencia entre conseguir o no un trabajo, puesto que alguien que ha leído a otros, o tiene un conocimiento del pensamiento de diversos autores, se defenderá mejor en una entrevista, o en la simple cotidianeidad de un trabajo. No obstante, como digo, la educación no tiene que tener la búsqueda de trabajo como fin, no se debe enfocar de esa forma, ya que luego empresas que busquen perfiles muy específicos pueden tener influencia sobre lo que se enseña y lo que no, de acuerdo a lo que necesiten en esos momentos, y la educación nunca debe estar en manos de gente que sólo piensa en sus propios intereses y en aumentar sus beneficios.


A pesar de que los últimos párrafos han sido opinión, creo que es necesario dar la batalla en estos aspectos, señalando lo que de verdad creo que puede mejorar la educación, pero también alzando la voz contra aquello que me parece que no trae nada bueno.


¡Hasta una próxima ocasión!


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