Creo que Harry Potter es una de las sagas de literatura que (casi) todo el mundo ha leído. A diferencia de sus opiniones tránsfobas, la autora (J.K.Rowling) construyó un universo muy rico y plural, en el cual hoy ella no entraría. Pero no estamos aquí para hablar de temática trans, si queréis informaros más acudid a EducaT. En esta entrada, veremos qué nos muestra Harry Potter sobre la Educación, y a qué categoría se adscribe dentro de las categorías propuestas en el libro Paideia.
La saga de Harry Potter desarrolla casi toda su trama argumental en un centro educativo: Hogwarts. Hogwarts es un colegio como otro cualquiera, con la salvedad que aquí sólo van magos y es algo segregador, ya que un sombrero mágico dice a qué facción del colegio debe ir cada alumno. Aquí empezamos a ver tintes de un estilo personalista (pues en función de los pensamientos y deseos profundos del alumno, el sombrero lo pondrá en una casa u otra).
Sin embargo, este principio de selección es bastante autoritario y se posiciona en contra de la voluntad de los niños, que a lo mejor quieren ser de Ravenclaw y les ha puesto en Slytherin. Si a lo anterior unimos que las prácticas docentes son, por lo general, "clases magistrales" en las que el profesor tiene todo el poder (literalmente), que impone una serie de normas muy estrictas a los alumnos de comportamiento, deberes... entonces estaremos ante una pedagogía que yo clasificaría como tradicionalista.
No obstante, vemos como ese modelo conservador de la educación va teniendo grietas. Por ejemplo, cuando llegan ciertos profesores como Remus Lupin, que intentan innovar y subvertir el orden y jerarquía preestablecidos, o cuando ciertos alumnos se intentan rebelar frente a un sistema que les parece más bien autoritario. Además, vemos como estudiantes como Hermione (que son excelentes) señalan las carencias del sistema desde su posición de poder dentro de su grupo.
Aún así, la impresión que obtenemos es que el mundo educativo de los magos es muy parecido al de los muggles: vas a clase, te dan una serie de conocimientos, y luego haces una prueba. No hay innovación docente, a todos los alumnos se tratan por igual. El sistema es un ente igual de monstruoso y difícil de cambiar que el nuestro, aunque ellos tengan la magia a su favor.
Respecto a la cuestión de cuál es mi verso para la educación, creo que sería muy soberbio por mi parte decirlo cuando aún no he empezado a ejercer la docencia. Sin embargo, lo que yo querría aportar fundamentalmente sería curiosidad y conocimiento, porque sin lo primero, lo segundo no es nada motivador, y sin conocimiento no tenemos herramientas conque defendernos en este mundo.
Soy una fan loca de Harry Potter (de Hermione en especial) y me encanta la metáfora con la situación actual en las aulas.
ResponderEliminarEnhorabuena por la reflexión. Un abrazo!
Mi personaje favorito de la saga también era Hermione, jajaj.
EliminarAbrazos!
Hola David!! Me ha encantado tu reflexión y tu forma de desarrollar este post. Creo que como bien dices, se muestran diferentes situaciones en el terreno de la aplicación de la docencia, y como conclusión, que de de todas ellas se puede sacar aunque sea un pequeño aprendizaje. Nos vemos!!! :)
ResponderEliminarClaro, la cosa está en ver qué puedes aprovechar de cada experiencia educativa, así enriquecerás más la tuya propia.
EliminarGracias y un saludo!