El 17 de junio de 2010, la Educación se colocó como una de las cinco prioridades de la Unión Europea (UE). Se planteó como una garantía para la correcta salida de la tremenda crisis económica en la que nos vimos involucrados. Así, se plantearon 2 objetivos claros, para cumplimentarse en el período 2011-2020 dentro de la estrategia Europa 2020:
- Reducir el índice de abandono escolar hasta porcentajes inferiores del 10%.
- Conseguir que al menos el 40% de la población entre 30 y 34 años tuviera estudios de enseñanza superior.
Como vemos, se ha cumplido uno de los objetivos principales planteados, pero si nos paramos a reflexionar, no es ni de lejos el más importante. Está claro que una sociedad mejor formada tendrá más herramientas para enfrentarse al mundo, y podrá ser menos manipulable, lo que se traduce en una democracia más próspera.
Sin embargo, en nuestro sistema es muy preocupante esa elevada tasa de abandono escolar, pues prácticamente 2 de cada 10 niños hoy en día no van a terminar sus estudios de secundaria básicos, se salen del sistema (o éste los expulsa). Si bien es cierto que ese porcentaje se ha reducido en la última década, no deja de ser alarmante. Es como si alguien lleva perdiendo 400 euros al mes durante décadas, y pasa a perder 200, es una mejora, pero evidentemente no es suficiente. Es necesaria una evaluación de por qué los objetivos no se han cumplido, ya que jugábamos con ventaja: la crisis económica alentó a los jóvenes a continuar con sus estudios, porque la alternativa era la nada. Ni si quiera en circunstancias "favorables" se han conseguido resultados similares a Europa.
Una de las razones por las que hay alumnos que decidan acabar sus estudios puede ser lo rígido que es nuestro sistema, pues se centra en evaluar aptitudes muy concretas, dejando a otras de lado. Así, los estudiantes que no son capaces de adaptarse a esta nueva situación, y sobre todo, los que no se encuentran en una situación socio-económica favorable, son los que más papeletas tienen de dejar su trayectoria académica.
Por tanto, en mi opinión, desde el Estado deberían de darse más ayudas para las personas en este tipo de situaciones desfavorables, que se pueden ver abocadas a un peor futuro, puesto que todo es una rueda:
Y pongo en un color más intenso el paso de Mejor situación socio-económica a Educación, porque numerosos estudios confirman que aquellos que nacen en una familia con renta alta, tienen muchas más posibilidades de acabar teniendo un salario alto que aquellos que parten de una situación económica peor (datos del Proyecto Atlas, este artículo de El País es muy interesante a ese respecto El mapa de la renta de padres e hijos: cómo la riqueza de su familia influye en su futuro).
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